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En días pasados Fenalco tuvo la oportunidad de participar en dos importantes eventos locales asociados a la competitividad: uno en el cual se dio a conocer el índice de competitividad de ciudades colombianas, un segundo sobre servicios públicos y movilidad, preparatorio para un Acuerdo para la Prosperidad y los resultados de las mediciones de CCV.
La actualización del estado situacional de los diferentes factores que se miden nos muestra que estamos retrocediendo en estos temas puntuales.
La ciudad pasó en un corto periodo, del puesto 12 al 14, perdiendo dos escaños en el ranking de competitividad de ciudades. Los motivos de este descenso se manifiestan en el estancamiento en materia de infraestructura, medio ambiente y finanzas públicas. La internacionalización, en cambio, sigue siendo el de mejor comportamiento e, inclusive, Cartagena se posiciona como la ciudad mejor calificada en este ámbito, lo que es digno de resaltar.
Medellín es la mejor del país y Barranquilla la mejor del Caribe Colombiano.
Vale recordar que la competitividad se mide a través de ocho factores a saber: capital humano, ciencia y tecnología, infraestructura, finanzas privadas, medio ambiente, fortaleza económica, internacionalización y finanzas públicas.
Llevamos muchos años de tener en la competitividad un tema de recurrente uso y de mayor preocupación. También nos hemos ocupado, pero el esfuerzo no ha sido suficiente. Esta situación, indeseable, nos pone también en el espacio de la oportunidad para fortalecer nuestro plan regional de competitividad y en especial el trabajo articulado de la Comisión Regional de Competitividad, en donde tiene asiento los gobiernos territoriales, la academia y el sector productivo.
También es ocasión propicia para reconocer temas como el medio ambiente, en el cual no estamos bien, pero que representa una oportunidad para el ejercicio cotidiano en las empresas de la RSE, pues este asunto contribuye sin ninguna duda a la competitividad de las empresas, de las regiones y del país. En este compromiso nos hallamos de manera decidida en el Gremio.
El llamado es para los actores, pero también y sobre todo a los gobiernos que juegan un papel preponderante, que den marcha a las decisiones que les corresponden y a que acepten el consejo bienintencionado desde la sociedad civil para lograr el fin último de la competitividad de las regiones que es alcanzar la prosperidad colectiva.