Vale recordar que en el año 2010, a raíz de una decisión del Consejo de Estado que comprometía el uso de unos espacios del Centro Histórico, el gremio señalaba lo siguiente : “ deviene en un franco desestimulo a las acciones de la ciudad frente al deseo y el deber de hacer más competitivo el destino, pero sobre todo es demostrativa de las exigencias impostergables que este tiene, de adoptar algunas decisiones en torno al desarrollo de una de las actividades más intensivas en mano de obra que existan y con mayor potencial de crecimiento según los resultados de múltiples estudios de diferentes centros de investigación.” (Comunicado de Fenalco 2010).
Y el gremio continuaba diciendo: “En ocasiones se quiere estigmatizar la importancia de las actividades económicas como dinamizadoras del desarrollo y de la planeación, pero en ambas tenemos, invariablemente, que el papel del sector privado es insustituible. Es deber del Estado facilitarlas, procurando las condiciones que induzcan la inversión en condiciones de seguridad y equidad y los particulares realizando las inversiones productivas, cumpliendo sus exigencias y así ambos, honrar las obligaciones que devienen del pacto colectivo.”
“Vale recordar, todas las veces que sea menester, que como sociedad definimos hace muchos años, que el modelo del territorio estaría en función de una ciudad con visión turística y las decisiones que aún no se toman, o las que se adoptan con reglamentaciones precarias, lo que hacen es generar incertidumbre al administrado, impropio de un estado de derecho que promueve acertadamente el desarrollo de sus asociados.
Convocamos con firmeza las voluntades de las instancias de gobierno para que de una vez por todas se procure para Cartagena, un marco normativo claro, equitativo, permanente y flexible, para el manejo de los espacios públicos, incluyendo las playas, en todo aquello que no corresponda al nivel central, e inclusive si se requiere, hacer lo que corresponda frente a él. Dichas decisiones basadas en una concertación y socialización adecuadas pero con la celeridad que la situación exige, son necesarias y deberán dar por resultados posturas, sino también al aspecto social, que subyace en cualquier decisión que pretendan adoptar el estado y sus instituciones.
Es de rigor expresar que el comercio organizado, siempre ha apoyado todas las medidas tendientes a recuperar y entregar espacios físicos para la movilidad y el libre desplazamiento de la comunidad, en la observancia de criterios que armonicen todos las posiciones y los derechos de quienes pueden verse afectados con la adopción de las mismas “.
